sábado, 9 de agosto de 2008

"Quiero vivir mi vida, no sólo la de otras personas"


Natalie Portman es un caso extraordinario en Hollywood. En la adolescencia hizo un alto en su carrera para ir a la universidad y explicó: "Prefiero ser una persona inteligente que una estrella de cine." En la actualidad, la psicóloga egresada de Harvard de 26 años habla cinco idiomas; a pesar de ser millonaria gracias a lo que ganó con las películas de La guerra de las galaxias, usa los medios de transporte público; es embajadora de buena voluntad de FINCA (una organización de lucha contra la pobreza) y asiste a clases en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Lleva una vida de bajo perfil en Nueva York, de la que sólo emerge para publicitar películas o impulsar distintas causas, y se niega a hablar de su vida privada (de sus ex novios, por ejemplo, los actores Gael García Bernal y Lukas Haas).

No es mucho lo que se sabe de la actriz cuyo nombre verdadero, Natalie Hershlag, se mantuvo en secreto mientras estudió. Nació en Jerusalén y se crió en Long Island, Nueva York. Es hija de una estadounidense y un médico israelí. Natalie adoptó el apellido de soltera de su abuela materna cuando la descubrió un agente de modelos en una pizzería. Debutó a los doce años de edad en el papel de una huérfana que cautiva a un matón en El perfecto asesino. De ahí en más, Natalie actuó en películas como Todos dicen te quiero, de Woody Allen; Fuego contra fuego, de Michael Mann; Marcianos al ataque, de Tim Burton; y Regreso a Cold Mountain, de Anthony Minghella, antes de que la saga La guerra de las galaxias la convirtieran en una estrella mundial. Desde entonces protagonizó V de venganza, fue nominada al Oscar por Closer, llevados por el deseo, de Mike Nichols, y recibió elogios por su papel en El sabor de la noche, de Wong Kar Wai.

La entrevista se hizo en su casa de Nueva York, donde la elegante actriz se mostró amable, pero se negó a hablar de moda porque "es más interesante hablar de cosas reales que de frivolidades."



En "La otra Bolena" interpreta a la reina de Inglaterra Ana Bolena, que termina decapitada. ¿Qué piensa de Ana?

Para mí, Ana fue una víctima y no una conspiradora que sedujo a Enrique VIII. Bolena se veía como un objeto, y era obvio que no iba a terminar bien. Se basa en la novela de Philippa Gregory.



¿Es difícil morir en la pantalla?

No, me pasó muchas veces. Las escenas de muerte no son más complicadas que las otras. Es mucho más difícil reír que llorar.



Es muy selectiva en lo relativo a las películas que hace...

No quiero hacer más de dos películas por año. Por eso soy selectiva. Quiero vivir mi vida, no sólo la de otras personas. Es importante tener una vida real. Hay que conocer la realidad y lo que pasa en el mundo. Viajo mucho y conozco gente de distintos países. Me gusta leer, viajar, estudiar, aprender y conocer gente nueva.



¿Es cierto que la descubrieron en una pizzería de Long Island?

Me vio un representante de Revlon y firmé contrato con una agencia de modelos, pero no me gustó modelar, de modo que la agencia me impulsó a actuar.



Su primer papel fue en el thriller "El perfecto asesino". Luego sus padres le recomendaron que no aceptara protagonizar "Lolita" y "La tormenta de hielo", porque los personajes parecían demasiado sexuales.

Los personajes de mis dos primeras películas eran ninfas. Por eso decidí no seguir haciendo lo mismo, ya que la reacción me daba un poco de miedo. Estoy muy orgullosa de esas películas, pero es muy duro pensar que la gente te va a considerar sexy a los doce años. Tuve la suerte de que me protegieran de eso.



Durante mucho tiempo se negó a hacer desnudos, pero lo aceptó en el corto "Hotel Chevalier", de Wes Anderson, que antecedía a "Viaje a Darjeeling".

Sí, a veces me gusta cambiar las reglas y experimentar. Hotel Chevalier es un corto muy bello, está hecho con muy buen gusto y, de todos modos, no era un desnudo completo. Me encanta hacer cortos como ese y otro que hice con (el director alemán) Tom Twyker.



¿Qué sintió al ser famosa cuando todavía era una adolescente?

Tiene sus desventajas. Está todo eso de quién se quiere ser, qué quieren los demás que una sea y qué cree una que la gente quiere. Es extraño, ya que hay una idea de una que no se relaciona con quién se es en realidad. Hay que tener una idea muy fuerte de una misma, porque es fácil dejar que las opiniones externas dicten en qué vamos a convertirnos.



Trabajar en una industria de adultos la debe haber hecho crecer rápido.

No. La gente se cuidaba de putear o de tomar delante de mí. Un chico que actúa no está pensando en quién es, sino en el personaje. En mi interior, me sentía de mi edad.



¿Qué es lo mejor de actuar?

Poder vivir la vida de otro y ver cómo es el mundo a través de sus ojos. Es una suerte de antítesis de la fama. La fama supone pensar: "Mírenme. Me siento así. Así es mi vida. Esta es mi confesión." En el caso de la actuación, todo pasa por la experiencia.



¿Qué piensa en retrospectiva de haber hecho "La guerra de las galaxias"?

Me hicieron sentir muy insegura, ya que la gente me rechazó después de eso.



¿Cómo recuperó la seguridad?

Mike Nichols hizo que la recuperara, así como también el hecho de que otra gente confiara en mí. Nichols me recomendó, me consiguió el papel en Regreso a Cold Mountain. No querían contratarme, pero él intercedió en mi favor.



¿Qué fue lo que más le gustó de que la nominaran al Oscar por "Closer"?

Lo mejor fue recibir mensajes de toda la gente que quiero, de todos mis amigos y mi familia, de gente con la que no hablaba desde hacía mucho tiempo. Estaban orgullosos de mí.



¿Qué tipo de papeles suelen ofrecerle?

Guiones sobre el Holocausto. Se debe a que soy una actriz judía.



¿Tiene muchos amigos actores?

No. ¡Debo ser una pesada cuando trabajo, porque no hago amigos! Me da miedo quedar atrapada en ese mundo y me parece importante tener un espacio propio aparte.



¿Le gusta salir de compras?

No. Mi lema es no comprar nada. Tengo de todo. Bueno, si tengo las zapatillas agujereadas y no puedo salir a correr, entonces voy a comprarme unas nuevas. Pero tengo cuarenta remeras y veinte jeans. Todo lleva a que una crea que necesita todo eso.

Le deben mandar vestidos sofisticados para lucir sobre la alfombra roja...

Por lo general los devuelvo, ya que son cosas que una no vuelve a usar. Por otra parte, muchas de esas cosas son préstamos y hay que devolverlas. Todo es muy como en Cenicienta.



Actrices como Lindsay Lohan tiene una imagen transgresora, mientras que la suya es de sensatez...

La gente me dice: "¡No salís! ¿No te divertís nunca?". Yo les contesto que salgo, pero con mis amigos. Visito sus casas y vamos a boliches que no tienen relación con Hollywood. Me divierto, pero no me gustan las drogas ni la locura.



¿Cómo maneja la fama?

Los Angeles es el único lugar en el que me reconocen mucho. En otros lugares sólo me pasa una vez por día, como mucho. Me siento anónima.

¿Tuvo problemas con los periodistas?

No son un problema para mí. Ellos buscan siempre a las mismas personas, por desgracia para ellas. Yo tengo la suerte de que me respetan.



¿Alguna vez dejaría de actuar y se dedicaría a otra cosa?

La carrera de las actrices suele ser breve. Por ahora es lo que más me gusta hacer, pero exploro otras cosas interesantes de la vida. Siempre tuve muchos intereses. Nunca pensé en hacer lo mismo toda la vida, sobre todo si se trata de algo que hago desde los diez años. Claro que pienso en hacer otras cosas algún día, pero hasta entonces no voy a hablar de ello. Aprendí a no hacerlo.

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